Urraca (1109-1126)



    Hija de Alfonso VI, accedió al reino de Castilla, tras la muerte de su padre, al no tener éste ningún descendiente varón, ya que su hijo Sancho había muerto en los enfrentamientos con los almorávides. Urraca se había casado en primeras nupcias con Raimundo de Borgoña en 1090, del que enviudó en 1107, recibiendo ella y su hijo Alfonso, el señorío de Galicia de manos de Alfonso VI.

    En 1109 se casó con Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, matrimonio que no fue bien visto por el clero ni la nobleza castellana. El problema se agudizó tras la muerte de Alfonso VI, aplazándose la cuestión sucesoria ante la amenaza almorávide, y debido al pacto que firmaron ambos cónyuges por el que gobernarían conjuntamente, y todos los reinos serían heredados por el hijo común que tuvieran.

Urraca
Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela


    Sin embargo, este pacto, no gustó a la nobleza castellana que se levanto, y nombró heredero a Alfonso Raimúndez (futuro Alfonso VII), hijo de Urraca y Raimundo de Borgoña. En 1114 Alfonso I el Batallador repudió a Urraca, y ésta se convirtió de nuevo en reina de Castilla hasta su muerte en 1126, tras la cual, el trono pasó a su hijo, con el nombre de Alfonso VII, quién cerró el conflicto con Alfonso I, tras el pacto realizado en Támara en 1127.